Esperaba sentada en la mitad de la primavera, el sonido, la visión, o lo que le permitiera saber que Él ya llegaba. Virtud de Penélope en una cristiana americana del siglo XXI, que sabe soportar a fuerza de confianza y constancia.
Daba gracias a la vida aun en estos tiempos en que se hacinan cadáveres encima de urbanas conciencias, daba gracias aun teniendo que soñar bajo las constantes amenazas y alarmas de una guerra tibia, daba gracias a Dios por la vida aun llorando el sufrimiento de sus pequeños. No olvidaba nunca el amor de Dios, aun entre graves carencias y miseria material.
Cobijada por el manto de la noche, esperaba con aflicción y desconsuelo, implorando Su llegada con lamentos y sollozos. De día esperaba tejiendo alegrías y consuelos para sus seres queridos.
Daba gracias a la vida aun en estos tiempos en que se hacinan cadáveres encima de urbanas conciencias, daba gracias aun teniendo que soñar bajo las constantes amenazas y alarmas de una guerra tibia, daba gracias a Dios por la vida aun llorando el sufrimiento de sus pequeños. No olvidaba nunca el amor de Dios, aun entre graves carencias y miseria material.
Cobijada por el manto de la noche, esperaba con aflicción y desconsuelo, implorando Su llegada con lamentos y sollozos. De día esperaba tejiendo alegrías y consuelos para sus seres queridos.