Todavía hay un dejo de acedía, un mal sabor de boca, tras vencer ese viernes aciago.
Saliendo a flote después de sumergirse en las aguas profundas de un mundo oscuro.
Pensando en la vanidad de la pompa brillante y glamurosa de un mundo en decadencia.
Preparando el viaje hacia un nuevo desierto que aclare el sentido de este exilio.
domingo, 22 de febrero de 2009
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