domingo, 17 de enero de 2010

Espíritu literario

El espíritu vuela a la velocidad de las palabras, se contenta en la meditación de quien lee o escribe, ahí también su ser intangible fertiliza la materia y da forma, concibe, ilumina, crea.

Con firme paso camina o vuela sobre la gran avenida del siglo, con sus alas tan ligeras como las metáforas que hila, astros de inteligencia, tropos tan sutiles que realizan su fulgor en un breve decir, casi un susurro: palabra discreta la dicha del espíritu, como la transparencia de su ser, sí, como la vida misma.