
Otra vez mis pies en la arena y el mar frente a mí, con toda su imponente musicalidad, sin olvidar el ritmo perfecto de sus breves pero infinitos movimientos.
Impacto terapéutico de toda contemplación del mar. Como si su presencia cercana, o su belleza, moviera o invitara a la salud del alma.
El mar también es imagen de la inmensa y profundísima vastedad de la vida interior.