Por muy difícil y esforzado, el trabajo honesto paga con sutiles pero generosas alegrías al final de la jornada. ¿Qué otra manera tenemos para enfrentar esta vida donde abundan los grises, el tedio y las desilusiones?
Sólo el amor y el trabajo pueden curar al hombre, repetía Freud. En eso radica toda psicoterapia.
viernes, 30 de enero de 2009
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