viernes, 30 de enero de 2009

Dulzuras del trabajo cotidiano

Por muy difícil y esforzado, el trabajo honesto paga con sutiles pero generosas alegrías al final de la jornada. ¿Qué otra manera tenemos para enfrentar esta vida donde abundan los grises, el tedio y las desilusiones?

Sólo el amor y el trabajo pueden curar al hombre, repetía Freud. En eso radica toda psicoterapia.