martes, 19 de enero de 2010

Violinista del alma

No concebía futuro sin violín. Inimaginable la existencia sin música de cuerda, impensable sin sonatas, sinfonías, conciertos: sabía que la música revela profundidades insólitas y hasta moradas paradisíacas del alma. En su vida cotidiana contaban tanto las notas como las paredes de los edificios: habitaba en la frontera entre dos mundos por el violín comunicados.

Henryk Szeryng, violinista polaco-mexicano, interpreta Rondo (Serenata No. 7 "Haffner", K. 250), de Mozart, obra conocida por su dificultad, que apela sólo al virtuoso.