martes, 16 de febrero de 2010

Explorador

Era un explorador experimentado y talentoso, había conquistado antes que nadie varias cimas del mundo, un glaciar en Chile llevaba su nombre, lo mismo que una fundación para la protección del Serengueti. Dejó una larga literatura científica en sus años más fértiles. Dirigió numerosas expediciones científicas al Ártico. Además, fundó una estación de investigación geológica en Helsinky.

Así que decidió explorar seriamente el mundo de los sueños. Con toda la fuerza de su voluntad, con un riguroso método y aprovechando al máximo su larga experiencia en la exploración, así como en el arte y la ciencia de la cartografía, se propuso indagar hasta el más recóndito misterio de los sueños. Se dedicó pues, a elaborar todo tipo de mapas, artículos, instrumentos de medición, bitácoras y expediciones planeadas a detalle. Se sumergió en su nueva investigación por completo. Pensó haber descubierto profundidades ocultas de la vida humana, se identificó plenamente con cada persona, y en sus tratados llegó a la osadía de describir minuciosamente la ubicación de una fuente soñada, aun con coordenadas y mapas hipersofisticados.

Algunos creyeron que se había vuelto loco, pero lo cierto es que abandonó por completo la vida secular en un monasterio de España. También se sabe que los últimos días de su vida los pasó en Nuria, anciano pero activo, vio cómo se debilitaba su salud por un invierno atroz, además de la dureza de su ascetismo habitual (solía soportar las más bajas temperaturas sin colchas ni edredones, sin suéteres ni nada): así que descansó en esas tierras de San Gil.


Faro