sábado, 6 de diciembre de 2008

Horas de oficinas

Horas gastadas en oficinas, gestiones, peritos, llamadas telefónicas. Negociaciones, disgustos, acuerdos. Relojes, bolígrafos, credenciales, estacionamientos, teclados, documentos oficiales. Pisos comunes, de pasos acostumbrados. Escaleras de edificios, traslados, la gente no para.

Sólo hay una pausa, una nota de silencio, una quietud enmedio del devenir laboral de la vida citadina y cotidiana: el alma de paz que por la solidez de sus raíces no es llevada por el ánimo de los vientos...

Ese infante de mirada alegre, ese hombre pobre, ese abuelo que ya raya los cien; sólo ellos parecían conscientes, entendidos, sin engancharse en delirios o paranoias.