viernes, 13 de agosto de 2010

Drawing

I take a pencil, a notebook, and i went out... inside.

Tomé un lápiz, un cuaderno, y salí a pasear por las veredas y moradas que aguardan dentro de las profundidades -abismales- del papel en blanco, donde paso a paso se descubren bellezas y seres, que en su vientre se dibujan -siempre plástico y fértil a la voluntad del hábil grafito.

Así conocí a un hombre gato, que se creía hijo de Remedios Varo, no sabía el pobrecito que me debía la vida a mí.

Así me agoté escalando altas cimas de verdes soñados y azulados, rodeando lagos de creaturas fantásticas, o espiando el mundo escondido en la espalda de una hormiga negra, o quizá era un garabato emborronado.

Así un oasis de calma interrumpió -como un encanto de hada- nuestro estrépito cotidiano, momentáneamente raptando las almas presentes al vislumbre, a la quietud de una estancia mejor.

lunes, 9 de agosto de 2010

Vía de la Verdad

Esta búsqueda incesante de sabiduría...
esta pasión intelectual que mueve la existencia
es el amor a la verdad que hace al mortal filósofo
es la sed que sólo colmará el verbo primero y eterno

jueves, 5 de agosto de 2010

Eran tiempos oscuros en la Gran Ciudad.

Eran tiempos oscuros en la Gran Ciudad. Asesinos y cobardes habíanse apoderado del dinero, del gobierno y hasta de las leyes.

Cobardes y asesinos se ensañaban entonces con los menos fuertes -los más viejos y los más jóvenes- e institucionalizaron el asesinato de los primeros como "Acto de Dignificación", y el de los segundos, como "Acto de Liberación". Para ello, se llegó incluso a la locura de promover el suicidio de enfermos o el asesinato de la propia prole como actos lícitos, incluso éticos.

Corría la sangre de los inocentes y de los más pobres: una suerte de ceguera había inundado la Gran Ciudad, entretenida y deslumbrada, de espectáculo en espectáculo, sedada con altas dosis de emoción y sensualidad. Con todo, en semejante atmósfera de miedo y sinrazón, aún sobrevivía más de un Lot luchando calladamente por restaurar la sensatez, por eso aún había en la urbe restos de esperanza.