jueves, 10 de abril de 2008

¡Viva Dios!

Viva Dios (o Dramática alabanza de un corazón apasionado)

No olvidaré nunca cómo ese hombre, ese artista, ese corazón indómito y vehemente, entre el furor de una intensa e inusual plática de teología, bajo la nube de humos de un ambiente bohemio, de súbito, con toda la fuerza y el entusiasmo de su carácter apasionado y hasta brutal, sin escrúpulos ni diques, desde el teatro de su vida dramática, contra las expectativas de todos, conmovido hasta las entrañas, inspirado hasta las lágrimas, gritó:
-¡Viva Dios!, ¡Viva Dios!, ¡Viva Dios!