miércoles, 11 de marzo de 2009

Palabras

Sí, la poesía, la filosofía o la religión nos han enseñado cómo la palabra da vida.

Pero también hay palabras que matan: adulaciones suaves y dulces como un beso, mentiras minuciosas y ordenadas como el más fino argumento lógico, maldiciones estremecedoras como un relámpago, calumnias verosímiles como una noticia fiel, malos conjuros llenos de una devoción que parece tan sólida como la de una buena oración.