jueves, 24 de septiembre de 2009

Estas heridas

Estas heridas de los deseos deshonestos, resisten y no cierran, sangran dolorosamente, punzan como espinas en mi corazón debilitado, no me queda nada más: sólo en tu cuidado confío, toda mi fe y esperanza eres Tú, sabio médico, cura misma de los males, toda salud Tú, Santo del Señor.