sábado, 26 de abril de 2008

Lágrimas de oro

Mientras manejo por la acostumbrada carretera panamericana, por el otro carril una vieja camioneta de redilas cargada de paja. Mientras pasa frente a mí, la radio toca: "Tú no tienes la culpa mi amor/ que el mundo esté tan feo/ tú no tienes la culpa mi amor/ de tanto tiroteo".

Esas camionetas siempre me han parecido la versión actual del típico carro de paja que se pintaba para representar la vanidad del mundo, donde toda su gloria es nada, vil paja: vanitas vanitatum, et omnia vanitas...

Las curvas de siempre en esta carretera oaxaqueña, la canción continúa: "Va por la calle llorando/ lágrimas de oro". En mi mente la imagen de una pequeña niña con sus mejillas adornadas por delicadas y resplandecientes lágrimas de oro... La niña, imagen del alma, frente a un mundo enemigo de la verdad y la inocencia.

Inevitable pensar en esas palabras del Nazareno: "Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a Mí antes que a vosotros"

Esfera con esfera
(Escultura "Esfera con esfera" en el Vaticano, del artista A. Pomodoro)