lunes, 8 de marzo de 2010

Cura de la locura

A J de D.
En un verso lúdico fue diagnosticada por Cervantes con tino, aquella "locura de amor" que "sólo el amor cura". Y es que el 'lugar' y la sustancia de la única panacea es sólo la caritas.

Resulta este verso esclarecedor para entender los trastornos mentales y sus constantes: la angustia, la soledad misma de la posición egoísta, la repetición neurótica, sus ritos y mitos... heridas psicológicas y traumas de amor en diferentes estadios del desarrollo del alma. Algo falta, o sobra la falta misma: la no-plenitud del desamor vivido, consecuencia del peccatum: ausencia y vacío, soledad y ensimismamiento, frivolidad y relaciones de objeto, adicción a la nada, compulsión de no ser.

La misma soledad llama a la comunión. Sólo el amor cura, sólo en él hay auténtica felicidad y plenitud, sólo la caritas 'es', tiene ser verdaderamente: nada la vanitas del mundo, remedo de apariencias y reflejos. Pero librarse de la habituación viciosa o la persuasión global (que invita una y otra vez a la deshumanización) requiere un esfuerzo considerable para vencer, con voluntad virtuosa, los impasses del desarrollo psicológico.