Ha de ser un honor para San Pablo ser considerado por sus enemigos como el culpable de la existencia de la Iglesia católica. Y pensar que hasta se le ha echado la culpa del cristianismo todo. Así de grande fue su esfuerzo, y también su éxito: no ha cualquiera se le achaca haber inventado una religión milenaria.
Hoy inicia un año dedicado a San Pablo y, por lo tanto, es un tiempo idóneo para reflexionar sobre la comunicación, el periodismo y los nuevos medios; es tiempo también para atender la íntima unidad de la vida cristiana. En pocas palabras: comunicación y comunión.
sábado, 28 de junio de 2008
Pablo de Tarso
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