Entrar en un lugar conocido como se entra en un lugar desconocido, con ese raro sentimiento de extrañeza e incertidumbre: todo puede pasar.
Sentirse ignorante y totalmente rebasado ante un misterio -milagro incomprensible- que ha irrumpido con vehemencia entre los trastes y trebejos de la cotidianidad.
Incansable contemplar, incesante (ad)oración: vencido por la belleza increada.
sábado, 10 de octubre de 2009
Rapto contemplativo en tres actos
Etiquetas:
belleza increada,
contemplación,
Contemplación en tres actos,
misterio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario