Contemplar, recorrer, micra a micra, la belleza del mundo milimétrico, que en todo momento ofrece su enormidad cósmica para cualquiera que sea lo suficientemente minucioso.
Descubrir territorios insólitos, ocultos tras el velo de su pequeñez. Explorar y admirarse de la belleza del microcosmos presente.
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1 comentario:
A mí me gustan mucho los insectos... Me pregunté si el mundo interior es un microcosmos... Tal vez ése sería el endocosmos.
Alentador tu comentario en mi entrada de Kant.
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