jueves, 6 de mayo de 2010

Liliput

Contemplar, recorrer, micra a micra, la belleza del mundo milimétrico, que en todo momento ofrece su enormidad cósmica para cualquiera que sea lo suficientemente minucioso.

Descubrir territorios insólitos, ocultos tras el velo de su pequeñez. Explorar y admirarse de la belleza del microcosmos presente.

1 comentario:

quique ruiz dijo...

A mí me gustan mucho los insectos... Me pregunté si el mundo interior es un microcosmos... Tal vez ése sería el endocosmos.

Alentador tu comentario en mi entrada de Kant.