jueves, 24 de junio de 2010

El Triste

...qué triste todos dicen que soy
que siempre estoy hablando de Ti
no saben que pensando en tu Amor
he podido ayudarme a vivir...

Como todo poema de la ausencia, desgarrador y dolido, nostálgico de un tiempo y hasta de un mundo mejor. Pensar al ausente, cantarle, poetizar por él, de algún modo es hacerle presente: el amor no concibe la muerte, el amor intuye siempre la perpetuidad de los amantes. Por eso llega a ser el querer mismo un testimonio de la presencia viva que se espera en la distancia. En la existencia postadánica, Dios está como ausente, su presencia silente e invisible es para los hombres un llamado imperioso a religarse, es una invitación a un Camino revelado para su reintegración y salvación definitiva. El hombre religioso, amante fervoroso que espera, sufre en sus entrañas y en su alma esta suerte de exilio espiritual que llevó a los místicos españoles a cantar dolorosamente el "vivo sin vivir en mí".


1 comentario:

quique ruiz dijo...

Híjole, ese José José no sé cómo le hace, pero me llega fuerte, incluso sin ponerle atención a la letra: nomás siento cómo se hace un nudo en la garganta. Gran intérprete.